Dos Palabras

Con la idea de ser más útil a la Fraternidad hube de pensar en la conveniencia de establecer en nuestra República una Institución de Jóvenes que, no teniendo edad para ser  iniciados, sin embargo como un curso preparatorio pudieran conocer nuestras enseñanzas y finalidad, a la vez que      proporcionar al padre que lucha incesantemente por la educación y encauzamiento de sus hijos, la ayuda poderosa y auxiliar de nuestra Augusta Institución, son sus consejos fraternales, para alejar a aquellos de los vicios y concupiscencias, que ha hecho que se le considere justamente como la   sociedad reformadora del carácter y educación de la voluntad.

 

Y meditando que la masonería tiene que actuar siempre de  manera efectiva y especialmente hacia la juventud, para que en nuestros jóvenes no se desvirtúe el amor a la patria y a las grandes idealidades que preconiza aquella como sus más firmes propósitos y pensando de esa manera llegué a la conclusión, (de que) ya que no podíamos traer la montaña hacia ellos, teníamos que acercarlos  a  la   misma,  haciendo símil con la recurrida frase, deberíamos constituir una Institución para jóvenes de 14 a 21 años, toda vez que a los mismos les estaba vedado ingresar a las logias masónicas.

 

Esta idea, previo informe favorable de la Comisión nombrada al efecto, fue aprobada por la Respetable Logia “Perseverancia”, de la Habana, en sesión del 21 de noviembre de 1928, al mismo tiempo que se acordaba solicitar a la Muy Respetable Gran logia de la Isla de Cuba, auspiciar dicha Institución.

 

Más tarde, en la sesión anual de 1929 de la Gran logia, se aprobó la Constitución de esta Organización y se autorizó a la referida Logia para que procediera a su establecimiento.

 

El 4 de agosto de 1935, con motivo de celebrar la Respetable Logia “Perseverancia” una sesión extraordinaria en el Asilo Nacional Masónico “Llansó”, se dio a conocer el propósito de fundar la primera logia       integrada por los  jóvenes recluidos en dicho asilo y con los demás que se creyera oportuno y se nombró una comisión para presentar el proyecto definitivo, incluyendo los estatutos y la liturgia del ceremonial, a fin de que la logia resolviera en consecuencia, lo que se hizo en la  sesión del 15 de enero de 1936.

 

El 9 de Febrero del propio año se constituyó la primera Logia, que tomó el nombre de “Esperanza”, iniciándose 82 jóvenes en el Salón de Actos de la   Gran Logia de la Isla de Cuba, con la asistencia del Muy Respetable Gran Maestro, los Grandes Funcionarios y representaciones de cuarenta y dos logias masónicas.

 

Fernando Suárez Núñez